27 de noviembre de 2011

Montserrat Figueras


El pasado miércoles se apagó definitivamente la voz de Montserrat Figueras. Ella ha sido conocida fundamentalmente como la voz que ha acompañado muchos de los proyectos de Jordi Savall, marido y compañero dede los lejanos años 60, cuando ambos formaron parte del grupo de música Ars Musicae, sin duda un grupo pionero en la interpretación de la música antigua en España. En 1968 ambos se establecieron en Basilea, donde continuaron su formación y pudieron tener acceso a las entonces todavía nuevas tendencias de la interpretación de la música antigua y barroca. Aquí teneis una muestra del Cant de la Sibilla, una de las primeras obras con las que yo me enamoré de esta voz que suena a veces casi irreal.

A partir de 1974 la aventura de Montserrat Figueras y Jordi Savall se concretiza en el grupo Hesperión XX (hoy Hesperión XXI). Lentamente van agrandando un repertorio que ha llegado desde la Edad Media hasta el siglo XVIII, un repertorio que Figueras y Savall abordan tanto con Hesperión XX como con los grupos La Capella Reial y Les Concerts des Nations. La voz de Figueras sonaba con timbres casi instrumentales, se acoplaba perfectamente a toda suerte de repertorios que siempre abordó con la compañía de Jordi Savall. Esta es una muestra sacada de su disco Lux Feminae, uno de sus últimos discos.

Es imposible cuantificar la deuda que muchos cantantes e intérpretes de música antigua tienen hoy con el trabajo pionero de Figueras y Savall. A título personal diré que, como oyente, la deuda es impagable, porque gracias a ellos he podido descubrir repertorios a los que nunca había accedido. Sinceramente esta noticia nos ha llenado de una tristeza enorme, como si de la pérdida de un familiar se tratara.

Hace ahora un par de años y gracias al programa de radio que dio origen a este blog, tuve el honor de ser invitado al festival que Figueras y Savall organizan en la abadía de Fontfroide, cerca de Narbona, un lugar que se adapta a las mil maravillas a los proyectos musical, espiritual y humano que ellos llevaban a cabo. Hubo un concierto dedicado a Montserrat Figueras que no olvidaré en muchos años. Ella era como una hermosa sirena rodeada de su corte de músicos que hacían todo para poner en valor el precioso valor de su voz. Ya no era una niña, y la voz pasa factura con los años, pero con Montserrat Figueras eso carecía de importancia. En aquél recital puedo decir que muchos de los que asistimos nos quedamos en ese mundo fantástico (por irreal) al que la música en muy contadas ocasiones puede llevarte, ese mundo donde el tiempo se detiene y hace que no quieras salir nunca de él. De ese recital os traigo la grabación de una nana bereber que me derrite cada vez que la escucho.

1 comentario:

  1. Cualquier cosa que diga será una tontería o una banalidad, así que mejor me callo.

    Maravillosa.

    Chapeau bas.

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